La Edad Media comenzó en el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente en poder de los pueblos bárbaros, que con sus armas de acero (espadas, hachas, lanzas, cascos y escudos) resultaron muy eficaces en técnicas y elaboración. Este nuevo e inseguro período, dividió a Europa en pequeños reinos, gobernados por señores feudales entre los cuales los enfrentamientos bélicos eran frecuentes.
Una característica de la construcción de esta época fueron los castillos, protección contra los ataques, construidos en alturas, para poder divisar la proximidad del enemigo. Contaban con muros altos, puentes levadizos y murallas.
Al no existir armas de fuego, se usaban pesadas espadas, de las cuales se requería protegerse con escudos, además de recubrir el cuerpo con armaduras, compuestas por el yelmo, la coraza y las perneras, confeccionadas con hierro o bronce, que lógicamente restaban movilidad al guerrero, pero siendo un honor el arte de la guerra, estos combates heroicos que consistían en matar o morir con el enemigo cercano, era una forma de lucha muy valorada por los caballeros medievales. Con los ataques con mazas, o hachas, en forma continua, las armaduras se fueron reforzando, cubriendo los caballeros sus hombros, espaldas y brazos con placas de hierro. Ya en el siglo XIV los caballeros y sus aparecen casi totalmente envueltos en hierro, protegiendo también a sus caballos.
Además de las espadas, lanzas, hachas, mazas y dagas para la lucha cuerpo a cuerpo, se usaba la catapulta que permitía arrojar piedras de gran tamaño (hasta de 100 kgrs.) y la ballesta que posibilitaba el empleo de flechas. La evolución de las armas de los arqueros habría sido: primero el arco corto, posteriormente la ballesta, y finalmente el arco largo.
La infantería se componía de numerosos arqueros, que podrían haber llegado a mil hombres.
El fuego griego, ya conocido desde épocas remotas, se siguió empleando. Eran explosivos que se prendían fuego al caer entre las filas enemigas.
Los sarracenos emplearon contra los cruzados también elementos explosivos, pero mucho más poderosos, compuestos por una combinación de sustancias que incluían polvo de carbón, azufre y petróleo, entre otros elementos, provocando llamas de tal magnitud, que resultaban inextinguibles. Los musulmanes, que se apoderaron entre otros pueblos, de Egipto, Siria y Palestina, tenían una destacable caballería y sus arqueros eran inexpugnables y temidos en el ataque, luchando con ferocidad y sin temor a la muerte, ya que con ella, sobre todo si era heroica, accederían al paraíso prometido por Mahoma.
Sus espadas al principio, eran de hoja curva (modelo oriental) pero luego las reemplazaron por la de hoja recta con doble filo.
Las ballestas eran un arma especialmente destructiva y muy usada en Inglaterra en el siglo XIII, hasta su prohibición por la Carta Magna. Reemplazaron a los arcos pequeños, de poco alcance. Estaban constituidas por el arco, comúnmente de acero; la cureña; la nuez, que sostenía la cuerda para que se mantuviera tensa; y la llave que servía para accionar el mecanismo que disparaba la flecha que podía afectar en una distancia de hasta 300 metros. Fue a su vez sustituida por el arco grande a fines del siglo XIII, y también fueron los ingleses, los que lo usaron más ampliamente. Era similar a la ballesta en su alcance, pero más fácil de construir y más veloz en el disparo.
Para protegerse de la caballería enemiga, que generalmente atacaba para reforzar a la infantería, se utilizaron estacas.